miércoles, 10 de agosto de 2011

EN VUELO DE ÁGUILA (34)




EN VUELO DE ÁGUILA (34)

La vida continúa a pesar de los que se van
 y los que no desean estar.
Lloran tambores de nostalgia
y gimes en la noche de la soledad.

Se renuevan los valles, las brisas son pesadas;
mi barco quiere marchar,
mientras manos suaves se deslizan
y flores rojas, nacen en medio de la oscuridad.

¿Qué fantasmas viajan por el horizonte?
Las cascadas renovadas cada segundo en medio de niños,
de cantores que miran las distancias y danzan para alguien,
más el amor se esfuma... ¡lo presentí!... ¡no voy más!
¡No le apuesto más a la vida con dolor!

Resuenan tambores en el silencio...
Juraré: ni una lágrima más
mientras continúen los cánticos;
los elevaré cual cometas al viento
sin saber a donde irán.

Cantan chicos valientes que desean vivir,
mientras otros se esfuman sanos
y con todo para ser felices,
pero hoy, ¡ya no están!

Envía cánticos por los que han quedado
 para que amen la vida,
que no se enturbien sus mañanas, ni sus tardes;
que sus manos estén siempre llenas de ideales rojos
de margaritas con su corazón de oro para entregar
todo el oro donado por el Creador.

Danzaremos con el viento por ellos...
Una oración se va con mis nostalgias,  aún quiero vivir
cada segundo, cada instante que mis manos vuelen,
que escriban algo, que no se duerman.

Que mis días sean eternos, mientras viajan en silencio
los niños de las sonrisas locas y los cabellos revueltos.
Ángeles se esfuman en la oscuridad de sus días,
¿más quién puede ver y oler algún sufrimiento?

No hay motivos ante la opulencia de cosas,
todo lo tiene, todo lo consigue,
¿pero apreció el valor de su vida?

Ya no estás corazón de fuego, 
gaviota que decidiste volar con un beso sobre tu frente
y ya no estás, tu propia mano apretó el gatillo
y en vuelo de águila sin retorno te irás.

¡Mira la hermosura de tu rostro!, tu juventud que ansío...
Trajes a la medida, el que desearas, tus joyas,
tus padres que te amaban, tu bebé que necesitaba
beber miel de tus pechos para crecer.
¿En dónde quedó tu valentía?

Vivir por vivir de sólo sueños, ¿pero la vida no lo es?
Te fuiste gaviota con una gran herida
y dejaste desangrando los corazones que te amaban.

Las rosas caen por montones sobre una tumba fría...
¡Ya no voy más!, seguiré creyendo en el amor
aunque las águilas se eleven con los sueños ajenos,
los que siempre anhelo, sean para mí.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto 10/11


Hoy es un día un poco triste, una amiga de mi hija menor se suicidó, aparentemente lo tenía todo, belleza, juventud, dinero, un pequeño hijo, y una hermosura sin igual, la juventud que anhelo ella la desechó, ¿sus motivos?... se los llevó con ella.

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