CANCIÒN PARA LUCÍA (240)
Publicado pors en
agosto 24, 2010 en 11:00pm
Mi nena no mira a los ojos;
sus muñecas viejas, raídas y rotas
no encuentran las manos pequeñas y tiernas,
ni escuchan sones, ni alegres sonatas.
Hoy miro ésta casa de paredes viejas,
ya no me parece la bella de antes,
y descubro entonces con terror y espanto
que sólo vivía dentro de un sueño gigante.
Mi muchacho viejo de 17 años
hoy enfila triste un nuevo camino,
va agitando sus gigantes botas
con la rabia interna de quien entre cenizas
no quiere aceptar ninguna derrota.
Mi hijo Diego tan noble y tan fino
lo miro cantar con aires lejanos,
pero en sus canciones con acentos extraños,
voy adivinando como un mago triste,
que es el más valiente y el más arrogante,
y que su mirada más fuerte que antes,
me está demostrando, que ya no es un niño.
Yo sólo sigo,
tal vez la vida sea benévola conmigo,
mientras van quedando huellas
enormes, pequeñas,
que al pasar el tiempo se irán borrando,
mientras que mis canas me van enseñando
a no confiar ni en el propio destino.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 22 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario