TIEMPO EXTRA (207)
Publicado pors en
diciembre 14, 2010 en 1:30pm
En éste
tiempo extra que como creyente Dios me ha regalado, quiero dejar una pequeña
huella en sus corazones.
Hablaré de mis
amigos cibernéticos dulces y amables de quienes sólo he recibido aprobación
a mis escritos, sin dejo de burla ni hostilidad; agradecida por su cariño, y
por permitirme una y otra vez, decir lo que siento a mi manera.
Hablaré
de las mariposas engalanadas, muchas con sus alas rotas, pero a pesar de todo,
felices, que encontré muy adentro de la finca en un montecito dónde había unas
cuantas enredaderas y flores desconocidas para ellas.
¡Eran
tantas y tan bellas!, me sentí agradecida en ese momento, el corazón
palpitaba cada vez que veía una diferente , unas grandes y bellísimas y otras
mínimas, que no me permitieron retratarlas pero igual de hermosas.
Después
de éste rato de sosiego y soledad, con éstos bellos regalos del cielo; hablando
con mis hermanos, me percaté que ellas estaban ahí por una razón y no era
precisamente para que yo las viera. Ellas eran otras silenciosas desplazadas
por el invierno, que también perdieron sus flores y su hábitat y en su
desespero viajaron muchos kilómetros con un sólo afán: perpetuarse.
Hoy
hablaré del aliento de una hormiga y nadie reirá por eso... de las miradas de tantos
ancianos y niños a la vera del camino con su desdicha y miseria a cuestas,
también de tantos ganaderos y comerciantes que lo perdieron todo, después de
muchos años y generaciones de sacrificio. Todo éste legado se acabó, se lo
llevó el invierno terrible que está azotando a nuestro país como nunca en su
historia había sucedido.
Hablaré
de otros responsables que deben estar recostados en algún sitio disfrutando de
los placeres que da el dinero, lógicamente que dinero de los impuestos de los colombianos, que han sido malgastados y utilizados indebidamente en guerras,
armas y miles de cosas, menos el bienestar del pueblo agobiado por tantos
males.
Hablaré
no de los gobernantes... sino de aquéllas personas que han tenido el privilegio
de recibir dinero público para que sea manejado debidamente, pero que en su
afán, lo único que hicieron fue malgastarlo y derrocharlo haciendo chanchullos
y repartiéndose la sangre del pueblo como vino oloroso y perfumado.
¿Cómo
estará la conciencia de quienes tuvieron en sus manos el futuro del país?...
tanto abandono por muchos años han sumido a nuestro pueblo en el desconsuelo, arruinados
por la desidia de sus alcaldes y gobernadores, que nunca pensaron que un canal
necesitaba mantenimiento, y que muchos proyectos de riego se fueron al piso por
su desfachatez, pues primaba la tajada antes que el bienestar de tantos
campesinos, me refiero a los costeños, que a veces me parece que
fueran nombrados como si no pertenecieran al mismo país.
Soy
una pobre ilusa, sin ninguna preparación, pero no soy ciega, sorda ni muda, el
pueblo está cansado de tanto abandono, de tanta guerra interminable, de tanta
desigualdad y desfachatez, de tanta riqueza mal habida y de tanto ser humano pobre
y hambriento sin oportunidades, ayer desterrados por los delincuentes y hoy
por el terrible invierno que ha destruido sus esperanzas, y lo más triste, es
que no se necesita ser ingeniera o tener doctorados, para comprender que mucho
de lo que hoy sucede a nuestro pueblo, se pudo evitar.
No
puedo olvidar a esos seres silenciosos sin voz... los animales... ellos también
lo perdieron todo, y los pocos que han quedado, buscan un refugio, hoy para
ellos hostil... los perros según se escucha serán recogidos y todos sabemos su
fin, el ganado, las aves, las hormigas se han silenciado, miles no
sufrirán más, ¿pero qué sucederá ahora?.. ¿Qué futuro espera a todos éstos
miles de seres humanos como nosotros?, ¿cuántos problemas van a venir pues
hambre es hambre?
Deseo
hablar de tanta gente que anda tocando nuestras puertas con un poco de libros
en la mano... llevando la palabra. En éstos momentos nuestra palabra debe ser
llevada no de boca para afuera, asustando a las personas con profecías, sino
con alimentos, vestido y medicamentos para tantos seres indefensos y desnudos que
están a nuestro alrededor.
Hoy
creemos sentirnos a gusto y libres de toda tragedia, ¡pero qué equivocados
estamos!, el planeta está muriendo por nuestra causa, y los desastres seguirán
acabando con la poca tierra firme que hay. ¿Habrá solución?... no hay que
esperar a que los científicos digan la última palabra, en éste momento caótico,
la naturaleza sigue llorando sobre las ruinas que nosotros mismos plantamos.
Como
centinelas hemos de permanecer, y con el corazón en la mano cada uno de
nosotros, ha de pensar que no podemos quedarnos mirando desde la barrera de
nuestro propio bienestar, a quienes hoy nos necesitan.
Hoy
somos nosotros, mañana pueden ser ustedes. La Cruz Roja Colombiana, La
Corporación Minuto de Dios, son entidades que conozco que son confiables para
que entreguen un pedazo de su amor, por tanta gente que hoy nos necesita.
¡QUE DIOS LOS BENDIGA!
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
diciembre 14/10
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