Hola amiga, recibí el encanto de tu rosa roja,
hice un verso que quizás quedó perdido
entre los azahares del camino.
Hallé una orquídea entre un gajo de roble,
en ella te envío mis cariños,
su perfume oculto en su corazón
lo encontrarás cuando la abras y deshojes...
Es tan gentil, que prendada quedarás de Él
mientras tu rosa desfallece sobre mi solitaria mesa,
y riego con mis lágrimas sus pétalos.
Suaves caricias recibidas en su aroma,
dulces regalos que la distancia asoman
entre computadores que reparten flores sin envidia
para mitigar viejos dolores.
En su corazón sobrevive la calidez de su perfume.
Es un regalo para ti,
por las tantas flores que repartes.
Espero te guste y la guardes en el cofre de tu alma
y me regales un nardo perfumado,
o unas violetas en un lazo rojo
para regar con mis constantes llantos
y devolver un poema por la gracia hermosa
de una amistad como la tuya.
Raquel Rueda Bohórquez
28 03 2011
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