de Sheila Smith Anderson, el Lunes, 28 de marzo de 2011 a las 16:35
MIS NOCHES (211)
Con la incipiente luz que ilumina mi aposento,
en el cobijo de mi adorable almohada,
vejez torpe entre suspiros plañideros,
oscas caricias se duermen a mi lado
con perlas que desvelan mis sentidos,
ante mágicos sueños de un amanecer brillante
asomado tembloroso entre las sábanas.
Noches eternas se quedan en mis brazos,
se eternizan y pierden en silencios.
Todo es desierto… tú lo sabes…
Todo muere al asomo de la luz brillante
y se devela en otro amanecer,
vuela entre las cenizas del recuerdo,
pasa entre los oscuros momentos
y se sepultan conmigo en en atardecer.
Noche amable en momentos desiertos:
anhelo estés conmigo…
Eterna confidente de mis desamores,
vida silenciosa perdida en penumbras,
quiero que duermas a mi lado,
me abraces y consueles con tu oscuridad plena,
y me beses dulcemente,
¡mira que hoy es luna llena!
Noches tranquilas, fascinantes… amorosas…
Caricias me das si me pierdo en tus delicias.
No me despiertes con los amaneceres,
déjame aquí para siempre,
en tus morenos brazos
en tus morenos brazos
que se funden con las sombras.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 28/11
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