sábado, 30 de julio de 2011

PAYASO TRISTE (120)


PAYASO TRISTE (120)

Publicado pors en abril 29, 2011 en 2:00am


No digas que mis palabras
no provocarían siquiera un suspiro.

En mis eternas noches
abrazada a la soledad,
las penumbras oxidadas 
secan mis de lágrimas de amor.

No te inquietes
mientras pasan nubes grises,
ni cuando la luna
oculta entre nubarrones tú presientas
que lloverán en un instante
miles de ilusiones sobre el pasto seco.

Loco amor que me envenena,
cicatrices duraderas quedan,
mueren con la brisa que se ahoga
en el mar de mis quimeras...

Ardiente amor por ti suspiro,
la luna llena enloquece mis sentidos
aúllo de amor enceguecida,
tibios calores suben y bajan
y me convierten en llama viva.

Labios impacientes
en la oscuridad de mis noches,
humedades perdidas
sin tus abrazos musculosos...

¡Qué salada es la vida!
¡Qué triste es el desamor!
Perdida me encuentro
entre caricias vacías,
llanas palabras escondidas
en  ijares que cobran el favor.

¡Oh!, amor, amor... 
¡Cómo huelen las delicias desde mi rincón!
Me encantan los olores de tu cuerpo
el sudor salobre de tu piel,
huelo tus grandes pechos de varón
y me siento bajo la sombra de un roble.

No te apures ni te escondas,
 no hay tiempo para correr
ni las rodillas aguantan tal honor.
La fuerza desaparece con la brisa
y los besos del mar al tocar la orilla
y hacia otro cause regresar.

No te afanen mis suspiros,
¿quién los escuchará?
Perdidos en mis solitarios besos
que saben a miel,
se funden en mi blanca piel
y mueren al caer la tarde,
como duerme el sol
con un beso de la luna,
y las estrellas que me ven
desde su oscuridad,
y los astros perdidos 
entre las saladas olas del mar.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, abril 29/11

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