lunes, 25 de julio de 2011

CARTA A MI MADRE 13 (252)


CARTA A MI MADRE (252)

Recordando los años
que a tu lado estuve 
con nubes grises al camino;
hoy madre bella te pido,
perdones todos mis desatinos.

En mi memoria
siempre que a recordar me atreva,
nadie ha pasado
tan bello y tan puro,
sin arrogancias ni celos
sin vanidad ni olvido.

Nunca de tu mirada 
recordaré un desaire,
ya que eres madre,
la joya más bella,
eres la flor de permanente huella,
la cándida, la pura, la noble,
la brisa suave que desde mi albor,
hasta el presente tuve.

Hoy te digo con devoción ante el altar
y la mirada del divino,
que eres mi máxima locura,
te admiro como al sol naciente
al atardecer...,
 a la gota de agua
que acaba de caer.

¡Oh madre santa! mi cándida diva,
te quiero para siempre entre mis brazos
para que calmes mi amargura,
y apagues la sed que tengo
de un verdadero amor
de una sonrisa franca,
de una palabra sin espinas,

de un abrazo leal, de un beso tierno,
de una lágrima buena,
de una mano nunca esté vacía,
de un gesto amable y bondadoso,
de una fresca brisa cual tu canto,
y una palabra dulce
convertida en poesía.

Raquel Rueda Bohórquez 
Bquilla, mayo/2000



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