ADORNOS (122)
Óleo de Lucía, mi hermana.
Me adorné de mil colores
el rostro pálido tiene un dejo de alegría.
Te visité en oscuros rincones
donde los disfraces no mienten,
te hallé entre montañas elevadas
con sus nieves blancas, perpetuas...
Descubrí la magia de una palabra
y las sonrisas por ti creadas,
me desdibujé de nuevo
y traspasé fronteras prohibidas.
¿Puedes acaso amor mío,
creer que me reinvento para ti?
Te mostré mis pechos,
casi que todos los vieron,
te dejé mi alma
en una bandeja cristalina
para que la probaras.
para que la probaras.
¿Encuentras mentira en mis palabras?
Soy una loca perdida,
el amor me enajena
y me hace perder el sentido.
El tiempo no importa
él seguirá su ritmo sin esperar
las inquietudes de las almas.
las inquietudes de las almas.
Seguiré endulzando mis instantes
con la miel de un amor imaginario.
No hay contrincante que se mida
a las mieles que entrego,
no desaproveches tu destino junto al mío.
¿Alguien como te quiero, te ha querido?
Amor, mi amor loco...
Atormentada me encuentro,
las ilusiones se pierden con afanes,
los sueños me persiguen
y siempre estás en ellos.
Puedo dejar de escribir mis pensamientos,
y también permitir que no los descubras,
me doy el lujo de hacerlo una y mil veces
porque un inventor me grita sus frases
y me aconseja el silencio de un lago
para retratar en su quietud
estos anhelos y afanes.
y me aconseja el silencio de un lago
para retratar en su quietud
estos anhelos y afanes.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 27/11
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