SE LLAMA NORAYDA (35)
Tiene ojos de fuego dentro de su corazón,
el dolor la tiene defraudada,
triste mirada llena de amor desbordante
que traspasa barreras de luz,
hasta llegar tibia y suave
desde una triste y blanca cama.
Norayda es mi amiga...
Oraciones envío desde mi ventana,
luz de luna clara llega a ti,
versos de cariño de hermana.
¡Mira que ya te conozco!,
te diré que antes de que fueras
te conocí.
Vislumbrarás el poder de mis ojos,
mis manos tienen el poder de sanar
todo dolor, toda llaga, toda herida.
Hoy decidí que hasta ti llegaría...
Mis lámparas de fuego encendidas,
besos serán sobre tu fría almohada,
calor de sol sobre tus tejidos
lluvia nítida sobre tus ojos dolidos...
Norayda, no te afanes ni te angusties.
Suave mi mano te acaricia y te quiere.
Nada se puede sin mi voluntad,
tú eres mi consentido pájaro azul,
mi ave asustada y tierna,
o la mariposa de colores en mi rosal.
Estoy velando tus sueños
y como la aurora transparente y lúcida
tu rostro vira hacia mis ojos
que te penetran de luz infinita.
Suave mano parece rocío perfumado,
toca la tuya de madre buena y santa,
aliento a rosa fresca llega a mi altar,
¡no te afanes por más!
velo por tu vida, por el calor de tu cama.
Ya no habrá tristeza ni afán,
estoy contigo, tú eres mi amor...
Otra sonrisa en tu rostro estamparé
y tu trino feliz asomado a la ventana
verá nuevos mañanas
radiantes de sol.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 22/11
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