miércoles, 22 de junio de 2011

MI HERMANO Y YO (26)


MI HERMANO Y YO (26)

Cuando él nació, yo tenía 11 años.
¿Tantos cagones en  casa y otro más?
Pero era un acontecimiento casi anual,
¡pobre de mi madre!
era  su última canita con papá...

Ella lo veía igual, era su bebé
pero empezó a crecer,  gordo, hermoso...
Sus manitos, mi madre mucho observaba,
una línea, decía...¿qué será?
¡Miren, vengan todos a detallar!

El doctor me dijo que él era mongólico...
¿Qué cosa será? -preguntaba mi mamita-
más Alirio lo sabía y creía que ella también...
No es nada madrecita, es sólo que es diferente,
va a ser un niño tan especial que pronto lo sabrás...

Empezó a estudiar,más prontamente
en un pueblo donde el atraso mental era mayor,
pronto fue reprobado por su directora:
¿Qué tal que la bobera se le pegue a los demás?

¡Pero qué verraquera!, como decimos en Santander,
mi hermanito no pudo estudiar...
Puertas se lanzaron, piedras le golpearon,
risas y burlas a su alrededor,
lo volvieron un gran lanzador.

Si les contara que hasta a la cárcel fué a parar...
¡jajajajaja! nos dimos cuenta que los bobos
eran los demás, él solamente era diferente
y demasiado especial...

Entre anécdotas y risas, la vida transcurrió.
Mi padre lo adoraba, era muy consentidor.
Yo hasta duro le anda, porque es muy cansón,
le apretuja contra su cuerpo,
le alza casi al cielo,
y dura días y días con el mismo pantalón.

Cierto día, en un velorio de un amigo y señor
lo llevamos bien pinchado para dicha ocasión.

¿Él es el único que es así? - preguntó un gran doctor...

¡Noooo! -dice él, -¡hay seis más!

Fue un acontecimiento que de risa me hizo destemplar
y en el baño en pleno velorio tocó un rato aguantar.

Mi hermanito German es la dicha del hogar
risas, abrazos, gestos como un gran militar.

Tiene su corazón de arma para hacernos disfrutar,
y entender que la vida es sólo un sueño
en sus ojos de cristal.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio 16/11



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