miércoles, 6 de enero de 2016

A LA GENTE COMÚN (44)

A LA GENTE COMÚN (44)

Nada puede suceder a un iletrado;
Si no hay cartón colgado, nadie te verá,
Será como ir a misa de 10, ¡jamás se da!

A la gente común le pasa, que nada pasa;
Ni siquiera un saludo corriente, como a otra gente.
¡Ahí viene esa vieja común y corriente! ¡Voltea!
No sea que salude de frente, ¡qué pena!

Por eso es que la gente así pierde la fe,
Pero lo más raro de todo, es que jamás dejan de pelear.

¿Qué carajos me importa figurar?
Si un poema mío quiere alguien declamar, ¡vaya cuento!
¡Sin mi permiso no se dará! / ¡Dueño de una página!  ¡Jajajaja!

Otras veces esa gente tonta y común, se quiere involucrar,
Y sale pálida ante tanto escupitajo: ¿deseas participar?
¡No gracias!, ¡de mejores salones me han sacado!
Me saco sola, me echo a tragos de guarapo
Me salgo de mis chocatos viejos y me doy la cara,
Para lo que soy, me gusto, ¡gente franca carajo!

Y los demás, ¡pues que se jodan!, que cuelguen cuanta vaina
Para que después se enreden telarañas,
Que cuando esa gente común como yo, se muera,
¿Quién era la fulana?, ¡mmmm!… /responde alguien,
¡Una vieja soberbia que siempre hizo lo que le dio la gana!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 6/16





PERFECTO (45)

PERFECTO (45)

En tus brazos era perfecta;
Ahí cabía mi pequeño cuerpo
Y podía mecerme cual hoja
Si el viento besaba el cabello.

Ninguna tarde se pudo,
Era pecado el amor en mi tiempo,
Pero fueron benditas tus manos
Tocando guitarras y cantando: ¡te quiero!

Fue perfecto el árbol de mi amiga;
Hizo estación una hamaca de rayitas
Y en este día de sonrisas,
Nada te queda de mí,
¡Pero todo me queda de ti!

Fue una tarde cualquiera:
¡Si te vas, ya habré muerto!
Si te quedas, volverán las sonrisas
Y la algarabía en el parque
Al paso del tren y la brisa.

Pero nada fue tan perfecto
Que mi amor por ti;
Ni siquiera volverás a tener
Quien te quiera así.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 6/16


BÚHO (46)

BÚHO (46)

Canta el búho; parece un viejito roñoso,
Y entre la copa de un árbol y el ocaso,
Le hace guiños a la noche que se aproxima
Para llorar pedazos de carne,
Y enredarse de púrpura las pestañas.

¡Cuánto te amé y cuánto te amo!
Paso inventando moralejas tontas,
Si te fuiste, ¿por qué no has regresado?
Creo que tienes nido armado con un cuervo
Y entre los dos me graznan versos de pesares.

Arriba de mi árbol le veo,
Simula ser rama seca mecida por el viento,
Y mueve los ojos con dorado desvelo,
Esperando aparezca un prodigio tibio
Que le sirva de sustento.

Y te sigo queriendo, ¡aunque todo ha pasado!,
Te aseguro en mi pecho con viejo candado.
¿No te has dado cuenta que el amor no muere?
/Es un cultivo de carne, para sanar lo que duele.

Llega la noche y con ella los miedos…
Un zumbido de abejas presiento en mi ahora;
Y esa mirada, como dos solcitos alegres,
Iluminan la negritud de la noche
Cual sol en un lago.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 6/15







A UNA QUEBRADA (47)

A UNA QUEBRADA (47)

Escribiría un poema a ésta corriente de la vida,
Que se lleva todo pesar,
Entre espumas cantoras y canciones de mirlo.

Diría, que la mañana invita
A un reposo imaginario
En la roca más alta.

Que un gorrión acierta
Entre un pinar,
Y florecen esperanzas
Y ganas de cantar.

Puede ser, que se lleve la quebrada toda angustia,
Y en ese fondo se repita un payaso,
O un bocachico de cola roja;
Pero tanta bomba ha reventado la tierra,
/¡Mentira que un fenómeno!,
El fenómeno se llama hombre
Y el motivo su ambición.

Dicen que muere el Magdalena, poco a poco.
Hoy no tenemos agua,
Y aprieta un poco el corazón
Pensar que el agua está represada
Y mueren millones de peces
Que estaban en su cápsula.

No habrá subienda...
¿Hacia dónde nadarán ahora?

Se acaba la montaña y el surco,
Y morimos de pena contando verdades.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 6/16