VISITA
Sentir que un colibrí te saluda
como si fueras una flor,
es un sentimiento
de dicha
suprema.
Era verde
cual esmeralda
oculta en los ojos de mi madre.
No es un cuento,
hoy un colibrí me saludó...
Batió sus alas
con intensidad,
y ante mi alegría,
como un rayo
se alejó...
Raquel Rueda Bohòrquez
02 04 21
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