miércoles, 14 de abril de 2021

NO SE META EN MI VIDA

 

NO SE META EN MI VIDA

 

¡Es tan fuerte cuando un hijo te dice esto!, pero realmente quien vino a meterse en nuestra vida fueron ellos.

¡Ese día hasta lo recuerdo!, tenía blanca la mirada, entre sábanas húmedas gemía, casi que lloraba de emoción, y al poco tiempo, ¿y ésta vaina?, ¿de dónde salió este barrigón?, me di cuenta de que alguien se había metido dentro de mi propia vida, y no fui precisamente yo, sino un hijo, y un sentimiento único transformó mi pequeña cintura, en un tambor, y mis senos como naranjas duras en enormes tetas, con una aureola casi que de oscura rosa.

Un hilo nos unió y la sangre de mis venas fue tuya, se convirtió por aquella magia de mi jefe en tibias aguas blancas que llegaron a tu boca, con sabor a miel.

Tus pequeños labios prendidos de mi vida, tus manos aferradas de esos globos gigantes como una pequeña sanguijuela hermosa, de manos rosa y ojos tan azules y negros, que mi corazón de águila se transformó en paloma, y mi cuerpo de gacela en el de una señora.

Te has metido en mi vida realmente, ¿cómo podría yo meterme en la tuya?, este milagro de vida sólo viene de Dios, y no hay queja, no hay dolor cuando las pronuncias, porque el dolor partió en un instante al verte por primera vez, asomar por mi vientre, porque otras fuerzas me dejaron, y no me pudiste besar, donde todos los hijos hemos besado a nuestras madres al nacer.

¡No me vuelvas a decir eso, porque eres tú quien se metió en mi vida!, y a pesar de que cortaron ese hilo que nos unió como uno solo en mi vientre, mi cascada está en tu mirada, y en tu negro cabello de potranca salvaje, de caballo chúcaro, que veo ir y venir entre este bosque de cemento, ansiando una libertad que siempre fue tuya y mía.

 

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 14/14

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario