ESE DÌA
Me hallo
pensando
en la
mirada perdida de mi hermano,
en el
momento de la aceptación
cuando le
faltaba el aire
y el
oxígeno era una utopía.
Pienso en
esos segundos finales
y me parece
que ya había visto
lo que
algún día veremos,
aunque él
llamaba a mi madre
en un
último balbuceo.
Recuerdo
ahora a mi padre
con los brazos abiertos y la mirada brillante
y repetir esa
palabra: ¡tan linda!...
¿Tan linda
quién papá? …
Y él me responde:
¡ella!... ¡ella!...
Siempre nos
faltará el aire,
ese aire
que estamos contaminando.
Será un día
igual para todos,
pero
desconocemos
la
intensidad del golpe.
¡Qué no me
asuste!...
¿Es Dios
una mujer?
Lo cierto
es que siempre ven a una mujer...
¿Será la
madre de Dios
en el
rostro de las nuestras?
Raquel Rueda
Bohòrquez
8 4 20
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