jueves, 13 de agosto de 2020

UN BICHO RARO

 UN BICHO RARO


Nos sentíamos el eje del universo

nuestra ceguera fue rayo 

que ocultó nuestro corazón

del espejo que contenía el alma. 


Vacíos nos volvimos... cuencos...

Ecos  tristes sin rebote

regresando al nicho

donde la vida se hace ovillo. 


Nos enredamos...

Volvimos añicos los sueños de otros

y el tiempo se llevó el amor

que lloraba sales marinas

ocultándolas entre las ostras. 


Llegó el tiempo de la indiferencia,

no pudimos finalmente comer joyas

y el brillo del sol

se quedó bailando entre las olas. 


Olvidamos el envés de la hoja,

el tiempo que le llevó a la oruga

fabricar su propia cárcel.


Fuimos indiferentes ante el árbol

y pisoteamos las huellas del caminante. 


Todo pasó... hasta que llegaste

de manera invisible e improvisa

a calmar el ímpetu del dragón 

y la soberbia del hombre. 


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 2 08 20


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