POESÍA BLANCA
Buscando la felicidad envejecí,
la felicidad es efímera
alardea en el gajo más débil de los árboles.
Fui a pescar amor,
me volví nardo y rosa,
palidecí ante tus ojos negros
que guardaban un arma filosa para mí.
Seguí camino al mismo rincón de todos los años,
me encorvé en la misma esquina de los poemas
y todos los recuerdos escritos se fueron,
nadie tuvo piedad de mis memorias
y ahora sólo pienso en nada
y así me siento más contenta.
Buscando la felicidad me vi al espejo,
esos senderos marcados en el rostro
me trajeron remembranzas de mi madre,
la mirada de pasto tierno igual a la mía,
pero jamás seré como ella,
porque ella era poesía, la más pura
poesía blanca.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 24/19
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