viernes, 26 de julio de 2019

25 07 19

25 07 19

Después de perder mi diario con todo lo vivido, decidí escribír aquí para el olvido.

Estoy pensando con mi hijo en unos folletos de poesía, la verdad entre equipos que se dañan y asuntos que pasan, sería fácil con mi firma y sin tanto misterio. Creo que estaría al alcance de todo el mundo y de manera artesanal.

Vi que para un libro se necesita mucha inversión y eso es lo que no hay, dinero para arriesgar, aunque lectores sobran, pero la poesía no es para negocio, por eso siempre dejo cualquier pensamiento aquí o allá, otra cosa es que como ser humano necesite cierta comodidad, y si hacer algo con mis escritos me ayuda pues no sería pecado tampoco, pues nadie vive de globitos en el aire.

Dicen que no es bueno contar sueños, pero tal vez me invente un trabajo digno con la promesa escrita en el pensamiento y espero no se borre, porque a veces tengo lagunas, repito lo mismo una y mil veces y voy de la puerta al patio hasta que la luz llega y sonrío, agarro el encendedor y todo se vuelve café.

Al fin después de un robo en casa de mi hermana decidí asegurar un poco mi casa, pero lo malo es que a ella se le metieron por el patio porque los ladrones ahora buscaron la manera de que todo les salga más cómodo y sin cuotas iniciales.

Entre vaina y vaina la vida es un surco de cebollas, al sembrarlas lloramos y al arrancarlas también.

Alguien estará por ahí desocupado y tendre mi momento porque leerá mis tonterías.

Raquel Rueda Bohórquez
25 07 19




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