LA
HERMANITA DE SANDRA
Ya lo
había contado, ¡que era bella!
Tenía la
juventud de la rosa
y la
dulzura de ella.
Hace
poco, la vida le cambió;
le dio
un golpe fuerte en el estómago
y un
bebé en sus brazos durmió.
El
maldito comején hizo camino,
labró su
historia malvada en su carne
y la
rosa perdió el color
ayer en
la tarde.
Desde
aquí siento la fragilidad de la vida,
hoy
estamos felices,
contamos
los días para soñar,
hacemos
festejos y trabajamos de más
sin
detenerse el tren que nos ha de llevar.
La
hermanita de Sandra tiene dos hijos;
su
esposo es un doctor y ella era enfermera,
pero el
dolor no escoge, es el azar
lo fortuito,
lo inesperado
que
llega con saña
y nos
borra la sonrisa.
Todo fue
dolor,
y lo que
ayer eran sonrisas y afanes,
terminaron
en un cofre dorado
con las
flores cayendo por montones
así como
el llanto de quienes le amaron.
Raquel
Rueda Bohórquez
17 01 17
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