CARDONES
En Guajira
Cuando el hambre acosa,
Hasta el riñón grita...
Pero al estómago lleno
Le llegan sonrisas.
¿Cómo pueden sonreír
Los niños si les vendieron el río?
¡Pero sonríen!
Abarcan sus risas el eco del mar
Que en su gemir les regala sal.
¿Sabían acaso
Que hasta el adobo de sus ojos
Les quieren robar?
¡Pero sonríen!
Miren, hasta sus cabellos
Se volvieron de oro,
De tanta pena que comen,
De tanta tristeza
Que abarca sus dedos
Bordando sueños
Y tejiendo chivos,
Adobados con sus almas...
Raquel Rueda Bohórquez
30 3 16
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