ANOCHE TE VI
Te soñé contenta
corriendo por tus zapatos,
un paseo, una salida
eran gloria y devoción
que iluminaban tus ojos
de verdes esperanzas
y contentas razones
para continuar.
Anoche te vi,
parecías luz en madrigal
pintada tu boca de áureas,
adornado tu cabello de coral
llenas tus manos de orquídeas
que dormían sobre un rosal.
Y corrí, parecía gacela asustada,
mi corazón sonaba,
eran campanas de navidad.
No había cardo ni espina,
todos te los llevaste
en tus dedos azules
en tu pecho sangrante.
Te vi madre mía:
Me abracé a la espuma del mar,
toqué fondo con los ojos muy abiertos
para encontrarme de nuevo despierta
sabiendo que dormía
contigo en la eternidad.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 1/15
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