DE TI
Me has dado de ti hasta tu alma,
me sabe el mundo a chocolate
a café con leche, a bienaventuranzas.
De ti la oportunidad de existir
pegada de un hilo de cometa
hecho de tu propia carne.
Eres las comillas de mi boca
el punto suspensivo en la mirada
el punto fijo en mis niñas inquietas.
De ti éste día maravilloso
respondiendo al sol con una oración
de tus labios aprendida.
Eres madre mía, una gota de rocío
que se escurre del profundo mar
cuando te siento conmigo.
De ti mi corazón
éste pedazo de tambor
que tiembla en un abandonado nido.
Pero estás aunque te hayas ido
porque una madre es eternidad
en cada poema.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 18/15
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