A UNA CASCADA
Crucé senderos, y en caída libre,
Le grité a mi madre suspiros blancos;
Una gaviota fue besada por mis lágrimas
Un gorrión anidó cerca de un barranco.
Le canté al amor en tu despedida
Pero seguí corriendo apresurada,
Era de novia mi cola,
Mi voz una carcajada.
Palpitó mi voz como tambor,
Siendo reina y soberana
En la falda de una montaña,
Fui oasis donde descansabas.
Y de nuevo le canté al amor
Al paso de un gran camino,
Hice junta de hermanas
Para correr hacia el mismo destino.
Luego de todo ahí me esperaba
Era un gran amor de azul vestido,
Fuimos amantes y todas lo amamos,
Parimos ballenatos y payasitos marinos.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 21/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario