EN DÓNDE ESTARÁS (3)
Cada día veo más gente buscando un rincón,
pero los rincones se fueron, ya no hay esquinas para
conversar
ni para tomar de la fe, una copa de vino, menos, la palabra
del vecino.
Un fusil se pule en el instante en que alguien nace,
y la muerte es una oda de rojo color
que adorna el ruedo de la indolencia.
¿Quién busca la paz en un mundo lleno de fierro?
¡Pero se busca!, se añora como un pedazo de pan sobre la
mesa.
Soñamos al amante tranquilo sobre la copa de un árbol
sembrando esperanzas, que cantarán un himno a la mañana,
y en la tarde, abrirá sus alas para cubrir la inquietud de
versos.
¡Cuánto añoro esos días de campo y veredas!
Aún ahí la paz se fusila, porque las botas ya no sirven para
los pantanos
ni para lidiar con el azadón, los trechos del maíz rojo y
moreno.
Me contaron que por ahí han sembrado vidas de jóvenes
que fueron disfrazados de maleantes, porque hubo paga;
/la corrupción adivina en la muerte el signo pesos, y sus
arcas se llenan.
¿Quién no desea la paz? ¡Gloria a ella!
Porque es la felicidad del ser entre los matorrales más
espesos
en donde se forjan sinfonías de amor que se expanden
cual bombas incendiarias en el fuego interno del ave que
nace,
de la cigarra que despierta al calor del sol y duerme
recitando versos agudos
orquestando en la montaña la armonía más plácida.
Siembra paz en mi boca, que tu lengua me haga bendecir el
próximo segundo,
porque sin paz, ¿de qué sirve despertar a la mañana
siguiente?
Raquel Rueda Bohórquez
Colombia
Antología México (Yabel)
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