AL JABUTICABA (19) R
Si el poeta pudiese otorgar desde su alma
flores sobre su talle como el jabuticaba
y convertirlos en vino rojo, cual sangre de drago,
podría creer en todo, sin abandonar lo demás.
Cubierto de flores y frutos de pies a cabeza
te vi soberano en un terreno falso,
pero las aves se juntaron y aplaudieron las abejas
con sus alas abiertas y sus patas llenas de oro.
Tanta flor y tanto verso juntos
jamás lo creí, ni en los mejores sueños,
rojo fruto, flor hermosa, aroma y Dios.
¿Quién puede hablar de ti
sin doblar las rodillas?
Raquel Rueda Bohórquez
09 07 17
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