Gian
MI ÁNGEL GIAN (39)
No sabía qué escribir, ahora me doy cuenta que se puede
dejar algo, pues bien, mis ángeles se van como la espuma de la quebrada, así de
improviso.
Ayer vi triste a mi
Gian, la llevé enseguida al veterinario pensando que me la habían envenenado,
/costumbre no muy santa de algunas personas que pasan camándula en mano y las
rodillas peladas, pero el corazón más oscuro que la miseria, pero me equivoqué,
parece que fue una bacteria parecida a la babesia que se roba sus glóbulos
rojos y cuando nos percatamos ya es demasiado tarde. Con ésta explicación voy
aceptando que la vida es un regalo, siempre hablo de la vida y de la muerte
pero no me acostumbro a perder a los seres que amo.
Mi amada modelo ayer me hacía morisquetas de borrachita,
pero mi cámara se había dañado, su carita estaba diferente, tenía una mirada
muy triste pero no adiviné nada, en la noche no podía dormir y desperté con
mucho dolor en el cuerpo y abrí la puerta de la calle para buscarla, estaba
debajo de un vehículo y no hizo caso, pero no le presté demasiada atención, creí
que estaba feliz ahí, pero al amanecer estaba en la entrada sin moverse,
creyeron que estaba de insolente, pero conozco a mi bonita y corrí al
veterinario.
Ahora me llamó para decir que había fallecido, fue un animal
maravilloso, ¿cómo decir animal a un ángel?, me hizo reír, me hacía masajes,
alegraba mi existencia, fue un maravilloso regalo que alguien lanzó a la
basura, de ahí la recogí junto a otros 7 gatos pequeños que se fueron dando en
adopción, pero ella me escogió desde el principio y sin más, nos robó el
corazón.
Ahora que recuerdo, no fue babesia, la enfermedad tarda
varios días, fue un veneno en la mirada de una bruja, lo que mató a la inocente
que alegraba mis días.
Qué en paz descanse éste amor puro que un día llenó mi
cámara con sus gracias y mi corazón con su esencia.
Raquel Rueda Bohórquez
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