JUAN GABRIEL (5)
Ayer fue un día de fútbol y carreras; en el camino, mi hija me habló de un
concierto dentro de poco tiempo, me dijo que si deseaba ir, me nombró al
cantante, y le dije que no aguantaba mucho tiempo sentada /mi excusa. Luego le
repetí que si el concierto fuera con Juan Gabriel otro cuento sería; pero al
llegar a casa ya en la tarde, me entero de su fallecimiento en horas de la
mañana, algo como las 11.30 a.m., fue algo así como la muerte de un ser que
amamos mucho, que fue parte de nuestra juventud, de cada historia de amor,
aunque fuera una sola, pero su música y su voz se ha quedado con nosotros.
Ésta generación de músicos y poetas jamás se repetirá, pero
sí una estrella en el cielo iluminará más cada agosto 28, en que el mundo
recordará a un gran hombre, con una historia de sufrimiento y lucha, que lo
llevó a ocupar el lugar más perfecto de todos: El corazón de la gente.
De él, tengo en la memoria una melodía, “Querida”, y otra de
Juan Gabriel, que se volvió mi terror, a donde me sentara a tomar un refresco,
pues un tipo pesadilla pedía que sonara, su título lo olvidé ahora, hablaba que
me había casado con un hombre rico, y me casé con uno pobre, lo cual me causa
risa ahora.
Mi hermana Sofía ayer bromeaba conmigo: "Con ésta
melodía casi la pasan al papayo",
por esas cosas de la vida, de tratar a una persona y no saber realmente
cómo es, pues sí, un tipo de mal carácter, celoso a morir y sin más detalles, recuerdo
que mientras él bailaba con diferentes tipas haciéndome fieros, ya con una
relación que habíamos terminado hacía poco tiempo, él no permitía que bailara
con nadie, pero lo intenté con un amigo
que nos acompañaba en la mesa, y quien sabía la historia, entonces bailamos, un
poco pegaditos “Querida “ y el final fue un escándalo que me avergüenza, a
pesar de tantos años, pedí mi traslado a otro lugar pero mientras tanto, mi
vida fue una pesadilla de película, y expuse a mi padre a un infarto en
Bucaramanga, después de que el tipo quiso hablar conmigo y salí tranquila, pero
mi padre temía por mi vida, al regresar,
estaba con el rostro morado y muy asustado, le dije entonces: padre mío,
te quiero mucho, jamás te llevaré la contraria y menos cuando siempre tuviste
la razón, ese tipo es un King Kong que no merece a una persona como yo, luego
en ese hermoso pueblo llamado Tona, tomé la decisión de renunciar a mi trabajo
y venir con mi familia que estaba en Barranquilla organizando una pequeña
empresa.
Alguien tan señalado, un ser humano que ha sufrido tanto, no
mereció un segundo de dolor. Vivimos en un mundo señalador, pero el amor no
señala, el amor une y alivia.
Hasta donde estés Juan Gabriel, gracias por tu obra, por tu
maravillosa música, y por toda la felicidad que llevaste a miles de seres
humanos y que continuará así por muchas generaciones.
Una estrella como tú, ¡jamás se apaga!, ahora el cielo
estará más iluminado con tu presencia.
Raquel Rueda Bohórquez
29 8 16
No hay comentarios:
Publicar un comentario