viernes, 29 de julio de 2016

ALTO AMAZONAS/Kevin, Fernando (3)

ALTO AMAZONAS/Kevin, Fernando (3)

Mi hijo está de paseo con un amigo, se fueron con la guitarra y las ganas de conocer el paisaje del Amazonas y hasta donde sus fuerzas los llevaran. Enviaron fotografías divinas de los paisajes y cascadas, y me comentó que era lo más bello que podía haber visto, que estaba muy feliz.

Charló conmigo sobre inundaciones y muertos, que debían salir de esa zona, había mucha nieve, que era bello pero por seguridad debían regresar.

Hoy estoy inquieta, así somos las madres, después de cada día con una nota y un mensaje, ya hace más de 5 días que no se comunica. Su amigo Fernando Alfaro tampoco dice nada, sólo un mensaje de hace dos días que dice:

Fernando Alfaro
26 de julio a las 16:22 ·
"Estoy en este cuarto aquí, aquí están mis sueños por hoy"


Ellos son dos muchachos con otras inquietudes y pensamientos, ambos son místicos, creen en Dios a su manera, no a la que nos imponen; dicen que Dios es el paisaje, son las personas, las cascadas, las aves que surcan el cielo. No piensa en el dinero como la mayoría, no quiso que le ayudara económicamente con nada y me advirtió que ellos ganaban para su comida con la música en cada esquina y lugar, así se fueron, con un morral casi vacío pero el alma llena.

Escucharemos a Dios en el canto de la montaña, a eso es que vamos, estaremos callados por ahí, adivinando ese mundo mágico del bosque. Así fueron a Bogotá, se trasladaron a otros lugares hasta que llegaron al Bajo Amazonas y luego al Alto Amazonas, felices de ver tanta belleza.

Deseo que todo esté bien, que nada malo haya sucedido, pero una madre está inquieta siempre, desde que su hijo pone un pie en la puerta.

Hasta que los muchachos regresen y pueda abrazar a mi amado hijo y a su amigo, mi corazón no tendrá paz.

¡Madre!, ¡esto es demasiado bello, te amo!, sus palabras por teléfono hace varios días, y no suena, mi potrillo, no deja escuchar el sonido de sus cascos al llegar a casa.

 Mi lucero de la mañana y de la noche, ¿qué puedo hacer?, el mundo me hizo madre y deseo que regresen pronto, mi paisaje más amado es tenerlo aquí conmigo, pero sus alas se crecieron y no puedo atajar ninguno de sus anhelos.

Si lees esto mi amado hijo, ¡perdóname!, soy una madre intensa, pero te amo.

Raquel Rueda Bohórquez
29 7 16



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