En un rincón del
caney,
Ese era el sitio
preferido
Para alimentar a los
pollos;
La cazuela se
llenaba de oro puro,
De magníficos
tesoros
Que se lanzaban al
aire...
EL RINCÓN (57)
En ese rincón de los juguetes;
En que las manos se movían con alegría
Dejando trocitos de oro
A quienes con amor los recibían…
Fue en ese palacio de tierra
En que la vida transcurrió
Y los años pasaron lentamente,
Sin darnos cuenta del payasito perdido
Que en la distancia se quedó.
En este lugar se creció el estómago,
Se torció el cuello al pollo cantor
Y a la gallina que tanto amor nos dio.
Para este rincón jamás llegará el olvido
Porque la niñez siempre tuvo un abrigo
Y sus manos se desgranaban;
¡Parecían mazorcas morenas!
Semejaban el oro en una paila
Que se volvía chicha y aroma,
Felicidad al fin...
Raquel Rueda Bohórquez
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