SANTA PACHA (63)
Debemos confesar
Que somos pecadores.
¿A quién contaré de ellos?
Detrás de un cajón de madera
Me dijeron que imaginara
Que Dios estaba ahí / y debía creerlo.
Un poco de siempre
He pensado que Dios
No tiene intermediarios.
Somos tan arrogantes que lo inventamos
Para así manipular a otros.
Jesús ha de morar en cada pecho,
Somos su iglesia lujosa,
Obra de sus manos
Única y perfecta.
Él obrando a través de otros, ¡suena bien!
Pero me arrodillo ante el Sol y su majestad,
Le pido el don de la humildad y del perdón;
Del olvidar, sin rastros ni huellas.
Tenemos libertad para obrar el bien o el mal.
La conciencia, es el juez más severo
Que reprende al pecador,
Y todos lo sabemos.
No hay pecado mayor
Que asesinar la vida;
¿Acaso no lo hacemos?
Inventaron que Dios ideó la vida
Para provecho del hombre;
Entonces, estoy sospechando de mí,
Si tengo hambre puedo devorarme;
Fabricaré un galpón de hombres,
Los engordaré y rellenaré para navidad.
Y en este macabro ruido
Tomo un café caliente y devoro un pollo.
Estamos criando cabritos
Para unas buenas fotos,
Confieso que soy pecadora
Y en la misa quedo perdonada.
Luego del perdón comulgo,
Y mi rostro es dichoso;
Regreso a casa y afilo el cuchillo,
Habrá cena para muchos,
/los cabritos están gordos.
¡Aliste la marimba que vamos a rezar!
Y con humos olorosos,
Seremos santificados.
Con un montón de padrenuestros,
Lo mucho que de otros hemos denigrado
Y los sueños que les
hemos robado.
Creo en Dios por encima de todo ser humano
Y pierdo la fe en la humanidad.
Amén.
Raquel Rueda Bohórquez
23-3-16
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