AFLICCIÓN (20)
Me has matado lentamente,
Poco a poco, se va el lirio sobre sus aguas
Y al dormir a tu amante en tu regazo
Me creíste herida por tus desaires,
Pero has sido tú el lastimado.
Me has herido torpemente,
Como se agravia a una paloma mansa.
¿Pudiste enfrentar a un león con tus dientes?
¡Cobarde!, eres como todos,
Hombre no más entre sus faldas
Y valiente si vienen por ti,
Pero escondido bajo sus camas.
Me has torturado alevosamente;
Cada grito fue jácara que mataba mis ganas.
Te veía pasar, miraba hacia mi cocina,
¿Una faca vieja servirá?, luego lo pensaba mejor
Y aplicaba en un inocente toda esa ira contenida.
Me has desnudado ante todos…
¿Ves cómo hasta el más tonto, de mí se ha reído?
Castañuelas parecen sus dientes,
Sus ojos de viles serpientes
Escondidas en el rincón de las vilezas
Se contentan con sus pócimas
Y se alegran con tus desatinos.
Me has despojado de tu amor, ¡yace muerto para mí!,
Quedan aflicciones en la profundidad del alma;
Tu difunto no intentará nunca más estar en mí
Porque ahora he sanado de todo delirio,
No es ilusión tu amor funesto ni tramposo.
Me quedo en liviano reposo, viendo cándidas tórtolas
Anidar día a día en mi árbol, en tanto el tiempo pasa,
Y me arrugo a besos viéndome al espejo,
Hipnotizada de mis propios ojos
Y seducida por mi propia estampa
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 19/16
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