viernes, 29 de enero de 2016

ADMIRAR (4)

La flor más dulce que regaló mi existencia a un desierto. 


ADMIRAR (4)

Admiro la fuerza de las aves
Para asirse de una acertada rama;
Pero si acaso se quiebra,
Tendrá ánimo para volar,
Y en otro árbol hallará
Ese cobijo, que en el anterior faltaba.

Admiro a un hijo que ama a su padre
Y no lo abandona en un lugar
Esperando que esos cariños suplirán el propio;
Sino que hasta su propia ancianidad
Se refleja en sus ojos,
 Y en sus mismos abrazos.

Admiro del manantial
Su intensa inquietud por brotar más y más;
Y de un día, el cambio de estación;
 Y de un amor, su encendido corazón.

Admiro la elegancia de la flor
Que asoma tímida
En medio de dos montañas.

Es el rostro de mi madre
Bordado en seda fina,
Adornando de un árbol la rama más divina
 Y de mi corazón éste temblor que lo mueve.

Admiro de mi pecho éste suspirar…
¿Quién moverá el viento a mis pulmones?
¿Quién será el hacedor de tal fortuna?

¡Entonces inicio a cantar!
Soy un pájaro que ha sanado,
Y empiezo a volar hacia otro llano.

Raquel Rueda Bohórquez
29-01-16




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