A VECES/A Pablo (30)
En esos momentos, 
En que nada pensamos
Y el mundo se nos vuelve una cometa;
Nos asimos de esperanzas y sueños,
Y pasa de todo luego, sin ser adivinado.
A veces colgamos enojos para más tarde. 
En esos meditares extensos, 
Nos volvemos niños creyendo en el mañana;
Pero el mañana no existe, es un ahora,
Es un ya el instante proclamado.
Hay luces, faroles viejos a quienes damos brillo...
Más el tiempo es el óxido que se empeña
Y nos queda el cansancio y la pena.
Siendo espejo de otros, 
Deseamos cambiar el mundo;
Más es el mundo quien nos cambia,
Pero el tiempo, es dueño y Señor 
De nuestros sueños.
A veces como ahora, 
De nada vale tanto correr.
¡Si no dolieran a veces las despedidas!
Pero los veo crecer y se van
 Por esos ideales
que desvelan,
Y la verdad se queda herida en una hamaca;
A la vera de una mirada incierta 
Con un atoro en la garganta.
Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, enero 14/16
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