SE HIZO
CÓMPLICE (41)
La tarde
incendió el cielo de amor,
Se hizo
cómplice de dos
Y alcahuetea
en sus disimulos
A un
pentagrama que sonará luego
Desplumando sinfonías
en el viento.
Encendió esa
lámpara, hay rubor,
Parece una
niña contemplando el cielo
Y viendo
cómo palidece luego
En el
instante del parpadeo
Y en el
segundo del sonido.
Música y más
se comparten,
Sus gargantas
componen poemas y versos
Para que el
mundo se quede con ellos
Y para el
amor pacta su color,
Como llama
encendida en el corazón.
Se hizo
cómplice la montaña,
¡Esto
también lo sabía!,
Y con esa
sábana de matices dorados y azules
Se fue la
tarde, se escurrió soñando.
Pero habrá
un mañana lo sé,
Donde otro
color cubrirá el cielo
Y también
nos sorprenderá.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 15/15
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