¿QUÉ TE
DIRÉ? (61)
Eres esa
llama en mi oscuridad.
Creí que
podía dejar todo atrás
Pero es algo
más fuerte
Que me
impulsa a quererte.
Desde hace
siglos estabas ahí;
Eras una
roca esperando a un águila
Y no imaginé
que en tus brazos
Repararía
mis alas.
¿Cuándo te
veré?
No quiero
dejar pasar nuestra historia;
Hay un
motivo para que seas tú,
Pues no me
gustan otros ojos,
Ni deseo
otras bocas.
Sólo para ti
son mis versos
Uno tras
otro, desde ese día
En que
gritaste, y te avisté,
Como un
águila a un conejo
Entre los
pastizales de mi vida.
Mi amor
bonito, ¿es real?
¡Qué
imaginen los perversos!
¡Qué se
entreguen a sus liviandades
Y a sus
pecados!
Porque a ti
en verdad te quiero.
Parezco una
flor herida
Lanzada al
frío de la muerte;
Pero cada
vez que te veo
Se vuelve
púrpura mi rostro
Y deseo
tenerte.
¡Ven a mí!
Invítame a
orar contigo,
A caminar
entre rocas y espinos
Para que
todos comprendan
Que todo eso
ya lo sentimos.
Y ahora, en
ésta soledad tan gris
Parezco una
oveja curtida
Corriendo
hasta tu cuesta,
A donde
llegas y me tomas,
Y entre tu
boca suspiramos poemas
Y recitamos
con una sonrisa
Nuestros
versos.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
diciembre 3/15
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