Espejos de metal,
enmascarado
Espejo de caoba que en
la bruma
De su rojo crepúsculo
disfuma
Ese rostro que mira y
es mirado,
Borges
SOY REFLEJO (33)
También me
vi ahí,
Fueron hilos
de plata
Con todas
mis venas fuera,
Envejecida
mujer de hojalata.
Caminé
dentro de su espacio
En un
caleidoscopio
Con eternas
primaveras
De incansables
geometrías,
E
inagotables aromas.
Corrí tras
esa huella mía
En un ayer
de casa vieja,
En una
estancia de lagos cristalinos
Donde se
quedaron mis destellos
Junto a
todas las ausencias
Y a todos
los olvidos…
Me vi
corriendo, /era toda de blanco
Me perseguí,
me hablé;
Y en ese
mismo cristal que regalé a Diluvina,
Ahí me perdí
dentro de un círculo
Girando y
girando vidas,
Siendo
lágrimas que caen,
Se difuminan
en un lago,
Y
desaparecen...
Pero luego
me lloví,
Era nube de
nácar que me traspasaba,
Fui el beso
que formó el manantial
Y el rayo
perdido que lo cruzaba.
Corrí siendo
una serpiente translúcida…
Sobre las
rocas de un río, pasé por un lago,
Para ser
ante todos los espejos,
Un inmenso
mar.
Ahí cabíamos
todas las gotas de rocío
Y se
mezclaban las sales de tanta lágrima;
De todas las
madres que lloraban hijos
Que también
fueron pétalos rojos
Esparcidos
entre los trigales.
Fuimos caldo
de un cultivo de payasos
Que reían a
carcajadas
De lo raro
de nuestros ojos
Que se miran
y se miran, pero jamás se ven,
Dentro de
miles de vidas y espejismos
Sin alma,
perdidos sin fe.
¿Qué somos a
ciencia cierta?
¿Un espejo,
una sombra?
¿O un
reflejo de vida en este soliloquio raro
Entre tú y
yo, viéndonos, advirtiéndonos
Esfumándonos,
Sin admirar
una hoja seca
Que danza
ante la imagen muerta
Que nos
atrapa y refleja?…
Al movernos,
cambia todo,
Se
transforma el paisaje
En ese
íntimo ver sin mirar,
En esa rara
visión del existir,
Desde un
ángulo tan mínimo
Y a la vez
tan inmenso,
De éste
misterio de estar
En medio de
tanto arquetipo muerto.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 18/15
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