sábado, 14 de noviembre de 2015

RUIDOS (49)

RUIDOS (49)

¿Sentimos ese ruido que moja?, ¿de dónde vendrá?, más que ruido, estaremos cercados por el mal, sus espinas son como de un rosal y las flores son los vivos que se van.

¿Sienten ese "algo"?, ¿ves cómo navegan las espumas en el mar?, olas vienen y van, nunca iguales y pronto rocas, muchas rocas caerán, se ajustarán a la tierra para colmarse de nuevos lagos y miradas más ciertas...

Pero aun así, pocos creerán, se nos avisa, de un perfume que jamás pasará, será la flor de todas las flores, donde se fabrica la vida y se cambia el destino del odio por amor.

¿Me salvaré?... ¡Oh Señor!, ¡perdóname por no amar!, ¡perdóname porque me he dejado pisotear!, y tú ahí, viéndome de cerca, en los ojos de mis cachorros y cantando en el arpa de un pájaro, ¿cómo no te vi resucitar?

Eres tú mi hoy, mí ahora y mi mañana. Por andar viendo cosas vanas, me olvidé de visitar el campo y quedarme en un bosque creando madrigales con sus aves, componiendo árboles y semillas con los ángeles, comulgando de esos te quiero con el pico pleno y la lengua mojada.

Me ausenté de tu tarea por estar vistiendo de oro mis dedos, como si fueran flores, pero fueron sangre robada de tus venas, montañas que no fueron, ríos que se han secado, en tanto recurro a un traje vistoso, a un cuello adornado de más, a una boca plena en arrogancias para disparar fusiles a los demás.

Soy tu gorrión en ésta esquina, tu ermitaño, más allá… tu hoja que cae de un árbol, soy tu en mí, ¿me lo creerás?

 Soy tierra en tus manos, arcilla blanca o morena, para que me puedas moldear, y me dejo, me aparto del ruido del mundo, porque quiero al morir, saber que conmigo estás.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 14/15



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