ERMITAÑO SOY
(60)
Vengo del
planeta
De las rocas
y el agua,
Y por
supuesto,
De sus
arenas mojadas.
Siendo nada,
Salí con una
gran tenaza
Para que con
ella me ajustara a la vida
Y me
defendiera de tanta carita dentada
Y de tanta garra afilada.
Bajo una
roca fue perfecto…
Oculta en
una cueva,
Frágiles fueron
las arenas,
Y vengo de
esa tierra fértil
En donde no
existe la pena.
¿Saben qué
comía?
Eran algas
mi alimento,
Mi casa, era
un préstamo en verano
Y uno más
grande en invierno.
Vengo de lo
simple,
Dicen que de
una costilla,
Pero eso es
un cuento de niños,
¿Quién
teniendo poder,
Formará a la
mujer
De un trozo
de hombre?
¡Vaya cuento
bien reforzado!,
Y con eso
están amañados.
Quien nos
creó
Estaba pensando
en las flores
Y en los
perfumes.
Se inspiró
en un corazón inmenso,
Y para
nuestro contento,
Pensó en los
ermitaños,
En esas
mujeres tristes,
En esas
poetas raras.
¿Quién me
dice que Dios no es hermafrodita?
¿Me
condenarán por pensar?
O Dios puede
ser la cuna
Donde el verbo
habita,
Y de ahí
nació la mujer.
Estando en
esto, me acarició,
¿Qué haremos
con ella?
Es timidez y
a la vez es resuelta,
Corre un
paso y espera dos,
Para no
encontrar la cuesta.
Será desnuda
Y vivirá en
casa prestada cada vez,
Para que así
en medio de la pobreza ajena,
Encuentre su
propia riqueza.
Y nací, con
esa carita asustada
Y un cofre
asignado cada vez.
¡Qué bonito ermitaño soy!
¡Qué hermosa
casa!
¡Parece de
porcelana!
¡Gracias amigo Caracol,
Gracias a ti
Mi Extraterrestre
mayor!
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 11/15
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