martes, 20 de octubre de 2015

EL ERMITAÑO [31]

EL ERMITAÑO  [31]

Se acomodó a un préstamo, 
al canto de las gaviotas, 
a lo tibio y ardiente de las arenas,
al sol, y a las cambiantes mareas.

Del ermitaño conozco sus pasos;
se parece a mí, ¡pequeño y fuerte!.

Sin creerse nada,
es propietario de un rincón.

Va y viene un paso,
regresa dos…

Su mirada es de niño curioso
que se crece en medio de sueños.

Se desnuda un tanto para todos
ajustando su vida
a un muerto cristal.

Su hogar, ¿quién lo habrá donado?

No hubo tiempo para agradecer,
pues el ermitaño sin saber,
halló en la playa un palacio
que lo hizo rey.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 20/15

No hay comentarios:

Publicar un comentario