¿ME ACEPTAS EN TU CASA? [11]
Sí
amor de mis amores, aliento en cada día, aroma de mis flores, sinfonía en el
viento, estás aquí desde mucho antes de mi nacimiento y seguirás estando, hasta
después, mucho después de todo tiempo, y te amo, no lo dudas porque conoces mi
corazón, soy tu oveja gris, pastando en verdes prados, esperanzas y poemas para
ti.
Ayer
vivía en montañas escabrosas, parecía que no podía continuar, caí a un abismo
de muerte y de ahí me sacaste, luego un comején se aferró de mi pecho,
ardía la carne y me despellejaba, pero estuviste ahí, me mostraste niños que se
fueron, jóvenes que deseaban vivir, pero su tiempo había terminado, de nuevo me
enseñaste el don de la paciencia, que tardé mucho en conseguir.
Hubo
sendas extrañas, caminos oscuros, pero me cargaste cuando todos me pateaban, me
diste ánimo ante el desprecio de quienes debían amarme, mi autoestima estuvo
por el piso y deseé morir, luego vi cómo nacían pájaros, unos iban, otros
venían, a mi lado caían heridos, a mi puerta llegaban vencidos, y me diste una
pequeña tarea que me vuelve grande ante ti: doblarme como un girasol para
agradecer de ti todo favor, y luego, me regalaste perfume caro, el más fino de
tu huerto, para que con él bendijera a mi madre antes de ir a tu encuentro.
¿Ahora me preguntas si te acepto en mi casa?
¡Aquí estás desde siempre!, ¡lo sabía!, a veces no te encontraba y era
porque me llevabas en tus brazos cuando estaba dormida, mi cansancio lo
tomaste, te llevaste mis cargas y afanes, ahora estoy descalza, desnuda ante
ti, ¿qué poseo?, ¿qué otro tesoro deseo si estás dentro de mí?
¡Oh
amor mío!, mi más caro y hermoso amor, no hay duda cuando pienso en ti, no hay
pena, sólo tornan a mis ojos todas las perlas del mar, y se hace hondo y
profundo mi interior, cuando observo tu paisaje, y me doy cuenta que cada día
lo pintas con renovados colores, a la noche la arropas de negro, para que
llegue el descanso en medio de diamantes azules, y una luna llena que muerdes a
tu antojo para que florezcan nuevos lirios en tus valles.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 27/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario