miércoles, 20 de mayo de 2015

AQUÍ ENTRE NOS [17]



AQUÍ ENTRE NOS [17]

Y entonces, luego de verte, escuché cómo danzaban las ramas ante el beso de la lluvia, y corrí por una escoba, luego el trapero contó que mi mente también se movía, ¡correr!, ¡qué hermoso es correr y danzar a la vez!

Espero lluvia para hoy, el día está frío, no hay café instantáneo,  entonces adivino en las pepitas del fondo que me quieres como yo a ti.

Cuatro caminos despejados, un cúmulo, parecen arenas de un mar en donde se fabrican olas y espejos de sueños, sigo corriendo tras esa luz tan abundante, ¿estás ahí?, una estampida de pájaros me asusta, pero te vi, eras azul como un día despejado, tenías alas que se crecían al pensarte, ¡madre bonita, mi paloma torcaza probando a ser gaviota!

Ahora te veo ahí, frente a mí, pareces un triste poema, ¿por qué nos empeñamos en llorar?, ¿qué te duele acaso?, sigues pasando pepitas como lágrimas que se han congelado en tus dedos y me dices: "espera, no hay condena tan larga que puedas soportar, ni libertad tan grande que no puedas hallar, si buscas en el fondo de ti, ahí con un sublime estado de cosas, tranquila estarás”, y voló, una sombra fue luz, su paso por aquí, ¡aroma no más!…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 20/15





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