viernes, 8 de mayo de 2015

¿A QUIÉN? [57]


¿A QUIÉN? [57]

¡Qué hermoso lo que has escrito hoy!, yo seré de ti, y entonces invento que lo escribes para mí, un nuevo día, y aquí otra vez soñando, serás mi musa, ¿hasta cuándo?, hasta que me dejes, seré tu amante entre la voz de la brisa hasta que nos junte, y todo lo que dices si me lo dices a mí.

Ahora, una mujer que espera el beso de la primavera y que tiene gigante el corazón de pensar en ti, amor mío, pero se vale, ésta corriente mágica que nos entretiene un tanto, y nos adivina como un par de locos soñadores, pero si nos vemos algún día, ¿qué pasaría, asumiendo que lo escrito es para mí?, espero nunca termine la magia.

Te adivino corriendo por la montaña, enredas mariposas azules en tu malla pálida y corro a buscarte, ¿eres tú mi bonito?, y luego entre mis brazos te desvaneces, y tiemblan las hojas de los árboles como mi boca, y no frena ese río violento que se agita en mi piel, mis laderas son mojadas flores que palidecen sin tu amor, pero ahora, una esperanza asoma, se llama: tú, y me acojo a esa sombra como un ave herida bajo un árbol frondoso.

¿Te conté que tuve un amor, pero se alejó como una nube cargada de sal que se quedó conmigo por mucho tiempo?, confiada en que sería único y para siempre, pero es un acertijo extraño vivir, y estando en mi soledad, otra ilusión apareció, pero así como llegó se desvanece entre púrpuras sueños vencidos en el asfalto, y así una y otra vez, la vida nos pone tramperos con púas de acero, enmudezco... melancolía es un recurso para guardarlos por siempre en el corazón, en tanto otro amor nos castiga y envenena las ilusiones, pero ahora, ¿es verdad éste ahora?, o será otro invento para contar al mundo que no paro de soñar, que soy como una potranca sin freno, a quien se le abrió el falso y corre veloz hacia tus brazos.

Nunca serán olvidados nuestros amores, para eso existe melancolía, que se funde entre el lago que hace florecer lágrimas en medio de huertos y aromas.

Algo trae para mí éste segundo, un instante donde parece que existo, porque vivir es un sueño raro, y a veces creo que es una película que se repite en nuestro propio espejo, como un caleidoscopio, donde te atrapo y te desvanezco, entre caminos y caminos de amor en mi pensamiento.

Junto pedazos de letras para decirte que te quiero, ¿escuchas?, ¡al fin!, ya era hora de que a mi barca llegara una gaviota, ya era hora de que me invitara a volar a su lado, ¡ya era hora Señor en que me vieras a los ojos, pues siempre ausente parezco, alejada de éste mundo, lejana como un punto azul que se vuelve mujer entre tus alas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 8/15







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