VIDA
[20]
Adornada
de tu gracia
sostengo
la mirada,
paladín
de mis alegrías
donde
se acumulan las penas.
Una
sonrisa se pega,
otra
boca se abre
y
sólo perlas nos quedan.
Juega
con nosotros a su antojo,
nos
sustenta con mucho
y
nos abate con poco.
Nos
duele la muerte
nos
conmueve un nacimiento,
nos
espanta una espada
y
nos contenta un ave
cantando
en una rama.
Pero
es hermosa
a
pesar de todo lo que acontece
sobre
traiciones y penas…
Cada
día no es una suma,
es
una resta de tiempo aquí,
por
tanto, si estás,
has
sido bendecido.
¿Ves
ahora que el paisaje cambia?
¿Te
das cuenta, que cada segundo un afán
y
al siguiente una carcajada?
Cuenta
lo que ames
y
lo que odies es tu enfermedad,
pero,
¿vale odiar, teniendo la certeza de la muerte?
¿Qué
sería vivir sin escuchar un ave?
¿Qué
sería sin divisar un ocaso?
¿Qué,
sin árboles y flores?
La
vida es un paisaje marino,
una
mirada al horizonte
apreciando
de una hoja
su
mano abierta,
y
de una roca su silencio.
¡Si
pudiera cambiar tu camino!,
pero
hay un sendero que nos conduce al mar
y
otro que nos desaparece
como
brizna y lluvia…
¡Si
pudiera retornar tus pasos!
¡Regresar
el verde que hemos matado!
No
podemos devolver el tiempo,
sin
embargo,
la
vida es un regalo magnífico,
irrepetible,
maravilloso…
No
importa lo que nos toque,
vivir
es un regalo divino
que
repetiría si pudiera.
Si
retener los segundos de ese ayer
y
decir: ¡te quiero!,
pero
tenía que hacerlo en vida,
en
mi ya, que me halla aquí,
viendo
un paisaje nuevo e irrepetible,
además
gratis.
Pinté
miles de flores,
pero
olvidé el perfume de las violetas.
Me
ocupé en tanto,
que
no detallé
el
girasol que nacía en tus ojos.
Vida
es una manera mágica
en
que nuestro Rey
nos
dice que nos ama.
Que
nos bendice
con
su trigo vivo en nosotros,
con
el aroma de un niño en nuestros brazos
y
una flor que perfuma en el desierto.
Aún
en la angustia de que moriremos,
pediría
a Dios regresar,
abiertos
los brazos
como
niña en la pradera,
ave
surcando el cielo,
o
potro,
corriendo libre en la llanura.
Si
estoy triste,
te
mostraría mi carita de payaso
para
que sonrías por otro segundo,
por
otro beso y otro abrazo
que
nos estrelle en amores…
Dejamos
de hacer muchas cosas,
vivimos
como si jamás fuéramos a morir,
porque
amamos tanto la vida,
que
olvidamos la realidad de la muerte.
Gracias
Rey de amor
por
este día,
por
la música, por la poesía,
por
el don de la vida.
Por
el sol de cada mañana
y
las estrellas de la noche.
Quiero
vivir el instante,
apreciar
el segundo
que
se irá como agua entre los dedos
y
como gota de rocío bailando
ante
un beso de sol.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
abril 26/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario