TOCHADAS
Y RECUERDOS [76]
Anoche vi el programa de cocineros de Colombia,
donde hay unos jurados que nada qué ver, se ve que les falta mucho tacto
parecían fieras ante una paloma, o más, la época de la inquisición, los
muchachos temblaban mientras las miradas de águila estaban sobre ellos. ¿Qué
necesidad tienen de humillar tan feo a los muchachos?, lo están intentando, me
desagradan esos programas reality, ¿lo escribo bien?, donde los jueces se creen
dioses y aprovechan para vomitar sus odios y rabias contra la gente sencilla,
porque son pura gente que necesita ayuda y aprender, ¿pero así?, todos tienen
que doblar el cuello, hasta vi a uno casi de rodillas como si fuesen reyes,
¡pónganse serios!, gran vaina, además me di cuenta que con las mujeres son un
poco más delicados, bueno al menos que no lleguen de afuera también a
atropellarnos, recordé cierta vez en el colegio con Kevin Cepeda , escuché un rumor de la
profesora que creí mi amiga: "Dígale usted"... mientras esperaba a
una cita que me pusieron para dar quejas de Kevin porque un profesor lo agarró
fuerte del brazo y le dio un empujón y él lo enfrentó... y porque dijo a una
monja que parecía el diablo, la verdad era, burlona, mala gente, hasta de mí se
rió en plena misa cuando me hizo una pregunta y le respondí, tal vez di en el clavo
y dijo: ¡pero no lea lo que está escrito allá!, ni siquiera sabía de qué
escrito me hablaba, ese día en un inmenso y frío salón de conferencias, reunión
de todos los profesores para ver si aceptaban a Kevin, si le daban otra
oportunidad o lo botaban como a un perrito sarnoso para la calle... pare de
contar, ¡qué humillación!, recuerdo que les dije: ¿eso es lo tan grave que ha
hecho mi muchacho?, no lo alcahueteo de ninguna manera, ¿pero ustedes no fueron
niños ni jóvenes?, vaya uno a saber cada locura... él necesita una ayuda, no
esto... lo cierto es que la psicóloga estaba muy triste, entre algunos
profesores que nunca estuvieron de acuerdo por lo injusto de la situación,
sentí que él era una víctima, con todas esas personas que en vez de ayudarle y
darle el amor que siempre habían manifestado, de un momento a otro se volcaron
sobre él como al pollo más pintado del gallinero... de ahí para allá,
simplemente dijeron: Le damos otra oportunidad, dijo el profesor de
matemáticas, ¡pero tendrá 100 ojos sobre usted!, ante tal desfachatez y
sabiendo que él fue quien le dio el empujón fuerte, simplemente respondí: ¡No
gracias!, de mejores sitios me han echado, y me fui con mi angelito para otro
colegio, un amor, más no puedo olvidar todo el cariño que le brindaron las
monjas ante todo la hermanita Offir a mis hijos... en el camino callé muchas
injusticias, que ahora serían motivo de expulsión no para mis hijos, sino para
todas aquéllas personas que abusaron y ante todo compañeros de estudio, ¿por
qué razón callé tanto abuso? ¿Por qué no denuncié a las alumnas que dañaban los
trabajos de Marly y los lanzaban a la basura o los escondían detrás del
sanitario?... no lo sé... creo que fallé y pido perdón a mis hijos por ello.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 17-01-15
® 10-491-97
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