viernes, 28 de noviembre de 2014

KICO DIJO

Mi hermano Enrique

KICO DIJO:
Su aniversario 4
Nunca guardé odio en mi corazón, se rieron de mí muchas veces, bajaron el rostro para no saludarme, muchos se avergonzaron de mi humildad, pero no me inmuté por eso, estuve muy herido con quienes me transformaron en lo que realmente no era, tan solo fui un muchacho muy desorientado, hubo mucha pobreza en casa, pero faltó un poco de riqueza en sus corazones, para comprender un poco mis inquietudes.
No guardes rencor, el odio sólo traerá desgracias contra los tuyos, aprovecha éste año para que deseches todo eso, y limpia tu corazón, no prestes atención a quienes hablan mal de ti sin conocerte, ¿te has enamorado de alguien que te desprecia ahora?, no sufras por eso, porque el amor siempre es una bendición, y es doblemente bendecido quien ama sin ser correspondido.
Se nos prueba cada segundo, es una vasija de cobre, ahí se funde la arena negra, ¿eres oro?, o simplemente plomo... que no seas plomo del que mata o hiere a otros sin motivo, todo ser tiene una espina en el corazón, que no seas responsable de sus lágrimas pero sí de sus alegrías, y si eres oro, de él toma su brillo porque el resto es ilusión de un día.
Aquí donde estoy, todo es luz, puedo ir y venir, comer lo que desee, tomar la leche escondida en las ubres de las vacas, soy como un ternero pastando en una inmensa llanura, los verdes son los colores del tiempo, los azules, son los vestidos favoritos de Dios, los blancos, son las nieves sobre sus cabezas, si llegan a ese punto, no es que son más bendecidos que quienes estamos aquí con la cabellera negra, sino, que Él, en su inmenso amor, les sigue probando...
Levántate temprano para que puedas ver la luz del alba, ahí me encontrarán si lo desean, o si quieren esperen al ocaso, o a la noche, en donde esté tu mirada sin hacer daño a otros, ahí estaré, habito en un solo templo: tu corazón, déjalo sonar las veces que desees, está ahí palpitando como una campana hasta que un mañana deje de ser esa esperanza que anhelas, y entonces te prevengo: disfruta éste segundo, porque el mañana, es un día incierto.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 27/14


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