domingo, 9 de noviembre de 2014

¡NUNCA MÁS!

¡NUNCA MÁS!
Festejar la caída del Muro de Berlín, mientras puedo dormir, un casi imposible si mis hijos no llegan a casa...
El muro de la iniquidad, de la vergüenza, no debemos olvidar nunca, para que jamás en ninguna historia vuelva a repetir  éste dolor tan terrible.
Sólo recuerdo cosas muy espantosas, pero la gente de ahora no es responsable de los pecados del ayer, entonces, simplemente pasar la hoja de éste suceso macabro, como una llama que se enciende para recordar a sus víctimas, y orar por sus almas, claro que no por aquéllos que levantaron la mano, nunca por quienes siguieron como corderos a un monstruo, tan equivocado, tan lleno de soberbia y arrogancia, que lo llevó a creer que él era un Dios, cuando tan solo era pasto seco que ni los rumiantes tragarían.
¡Bendito! y que lluevan los verdes en los baúles de la mentira, no más usar la fe y utilizar a Dios, porque esos muros que se levantan con el nombre de Jesús, tienen en el fondo una misión igual de perversa y es la ambición.
Los gatos maúllan, Gian mi gato resultó hembra y hay una colección en la calle, sus maullidos me daban miedo, ya no... me dan miedo los ojos del hombre en la oscuridad, y a la luz del día también siento horror, no todos claro... ¿pero cómo adivinamos en dónde está el mal?
Sheila
9-11/14

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