sábado, 22 de noviembre de 2014

LUEGO


LUEGO
Casi volando pasé por la cuesta
busqué entre la espesura tus ojos
al vuelo de una garza tu cabello
levantado y agitado por el viento,
¡Al fin!, corriendo por un sendero
adiviné tu sombra,
mi alazán, ¡mi potrillo amado!
¿Detrás de qué potranca vas?
Casi que tomando café de tu boca
mi vino preferido en tu lengua,
adormecida estoy, nada me duele
entre mágicos sonares de flautas 
las guitarras son amadas,
los pianos son acariciados...
¿y yo?
Levanté la mirada hacia tu cuello
al fin frenaste, un instante para mí
tus patas levantadas, polvareda en el camino
y te ocultaste de nuevo en la espesura,
entre las hojas secas del camino
perdido y ausente a mis poemas
nunca más has regresado.
Y corro de nuevo, ya no te persigo
¿para qué atrapar el viento?
¡Nunca se dejará!, tan solo en mi pecho
un poco de ti, y te volví suspiro.
Liviano amor volando entre las nubes
alejado del ruido y de mis ojos
entre verdes bosques y blancas gaviotas
atravesadas en tu camino y en el mío.
Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, noviembre 22/14



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