EL
VENCEDOR
Ahí está en medio de
todos;
es un ojo azul turquí
abriendo nubes,
es una ola gigante en alta mar
Es tan solo eso, un
guerrero de la paz.
No hay espada, ni
lengua que la guarde
ni hay dolor en su
palabra.
Nada pide porque todo
lo da,
fabrica el aire como el
aroma.
La única pelea suya es
amar,
un pico de águila
adivino,
y en la profundidad de
su mirada
está el alar perdido
para mi alma.
Un doblar de cuello tan
solo
y persiste lo mágico de
su luz,
siendo leve el titilar
de un cocuyo
si al fin deja de
iluminar
para caer sobre una
flor.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre
11/14
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