sábado, 29 de noviembre de 2014

EL ERMITAÑO Y YO 3


EL ERMITAÑO Y YO 3

¡Claro que sí!,
Por indeciso el ermitaño,
Él le pudo atrapar,
y entre sus espadas
tan solo le robó al día
una enorme carcajada.

Nadie muere, -dijo al ermitaño
Estoy en la más alta roca,
a veces en la cima
otras en su falda,
corriendo y buscando
gajos  de alegrías
para tus instantes.

¿Sabes que soy feliz?
Tan feliz como allá
donde atrapé cometas
y todas sus flores pude amar.

Aquí estoy descansado
ya no hay ese afán de continuo.
Volar era mi anhelo
aunque a decir verdad
nunca creí que tan pronto
me espantaran a pleno día
de mi hermoso alero.

Si pudiera hablarles
comunicar que los amo
corro ante sus ojos
pero no me ven...

Les grito: ¡¡los amoooooo!!
Aquí estoy tomando tu mano
dirijo esas letras para que las entregues,
camino con los pasos de un ángel
que siempre va a mi lado.

¿A ella?, a veces la veo
tropiezo con sus pechos a donde me quedo
y a Él, tan manso como un buey
lo adivino en el campo
buscando flores perfumadas
para enredar en sus cabellos dorados,

No vayan tan aprisa por favor,
pero tampoco se queden dormidos,
no por más correr llegarás primero
ni por dormir te librarás del camino.

Nacer y morir, morir y nacer
estoy en mi árbol más amado
donde siempre hay flores
y hojas a reverdecer.

¿Por qué lloras?
No lo hagas madre mía
cuando lloras llega a mí tu agonía
y debo entonces retroceder.

Aprisa seco tus lágrimas y me voy.
Mañana temprano verás a un ave en tu balcón
no la espantes, soy yo,
que vine a cantarte mi amor
y a darle a mi padre un abrazo,
a mi hermano a contarle una cuita.

Si él supiera,
que tengo una novia blanca,
parece una perla brillante
en una escondida ostra.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 27/14



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