viernes, 7 de noviembre de 2014

A UN CABALLO BAYO

Imagen: Internet

A UN CABALLO BAYO

Era bayo mi caballo
Casi blanco, casi rosa
Ojos morenos 
Crin negra y lustrosa.

No había cerca que lo guardara
Cuando a lo lejos a hembra olía
¡Es que el celo era su vida!,
Como los naranjales en flor
Para las pardas niñas y el ruiseñor.

Olía el campo y retozaba
Cuando a lo lejos una campana,
Con esa novia que cierto día,
Subió la montaña en su compañía,
Preñó a la luna y la dejó llena.

¡Caballito bayo!, ¿por qué estás triste?
Encorvado pasaba, con pasos torpes
Una cadena entre su boca
Sendos látigos sobre su lomo.

Una herida sobre otra, como rosales
Pústulas abiertas y ensangrentadas
Gritos ausentes, pardas miradas…

Y calló al fin… ¿cuándo acaso gritó?
Fueron sus ojos diamantes negros
Brillantes luceros cuando le vio,
Pero ella iba con su enorme carga
El rostro gacho, torpes sus pasos
Y el latigazo en el aire,
Fue como el nacer de una lágrima
Que desde lo escondido del alma
En salobre estrella se convirtió.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 7/14 

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