jueves, 9 de octubre de 2014

NO CIERRES LA PUERTA

NO CIERRES LA PUERTA
Sentimos que a veces nos cierran las puertas injustamente,
levanto el rostro y hay un espacio que lo cubre todo,
¡somos a ratos tan arrogantes!, 
pero el estruendo en el cielo nos acobarda
y el piquete de una avispa nos hace correr.
La burla hacia lo que hacemos con amor
casi siempre se pisotea,
como los puercos a las rosas
y el huracán a las primaveras.
Entramos como seres pálidos aquí o allá
y sentimos el desaire,
los ojos se ven y se hablan,
se murmuran hipocresías y falacias
sin pena ni vergüenza,
ni temor a esas colas tan largas que llevamos.
¡No me cierres la puerta!,
¿Te crees acaso mejor que yo?...
busqué una roca para descansar
y un ave a mi vereda se acercó.
¡Trina bello!, una serenata sin pedido,
un huerto de colores,
y arriba todo, vestido de oro
el Rey de los astros,
como si fuera su primer día
entregando abrigo
para que cesen los temblores.
Voy cuesta abajo, o arriba, como me toque
aprendí a dejar la pelea a otros,
en el silencio de mi alcoba encontré reposo
como en el ruido de mi árbol, una sinfonía.
Siguen cayendo hojas y hojas
cada una con igual destino,
la brisa se lleva las livianas
un trueno agita el espacio, ladran los perros
y un golpe atravesó mi corazón.
Aquí estoy... creo que la cerraste
asomo a la ventana como siempre
prisionera en cárcel de oro,
admiro del paisaje cambiantes óleos
conmovida ante maravillosos tesoros.
La puerta inmensidad se abrió
Y mis ojos abarcaron mucho más
De lo que podían ver.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 8/14
Me gustaAnderson, Vero... Cata.

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